martes, diciembre 5, 2023
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Nuestro sistema de creencias en la cuerda floja

🖊Columnista: Rubén Villalba
📲Redes: @RubeniusViGal

Hablemos de lo que creemos, en este caso en el concepto País, el del estado Paraguayo; es un dogma, con él crecimos, nacimos limitados en un ideal llamado Paraguay, donde existe una estructura, un orden social, tradiciones, cultura, “Amor a la Patria”. Que es sino un concepto creado, una idea colectiva, creada capa tras capa de ideales, por leyes y sustentada por un orden establecido ya muchos años atrás. Nos creemos paraguayos, de estirpe indo latino, creemos en la bandera, cantamos un himno nacional, algunos van al cuartel, estudiamos y trabajamos duro para servir al país y formar una familia.

Entre todo ese menjunje de cosas, de abstracciones, están las leyes, los derechos y obligaciones. Entendemos que todo paraguayo es libre, y que somos iguales entre todos, salvo las oportunidades en función a las condiciones económicas.
En teoría no existen castas, ni clases sociales diferenciadas ni sometidas, ¡EN TEORIA! Nos hicieron creer que cualquier persona puede ejercer su derecho con justicia, puede someterse a ella sin influir en sus decisiones. Sin embargo, nos han mentido; vemos día tras día, a través de medios de comunicación algunos con medias verdades, otros condescendientes con políticos que hacen y deshacen a sus anchas con una moral y escala de valores que abruman al resto del país.

Crecimos viendo a nuestros padres, tomándolos como ejemplo, de sus actos, de sus costumbres, de sus creencias. El Pueblo Paraguayo, ese conjunto multiétnico, de hombres, mujeres, niños, con esperanzas, con sueños, con virtudes, con dificultades, parcialmente educado, poco entendido en algunos aspectos, pero sumamente emocional en términos generales, se siente desairado, desmotivado, engañado, hacia lo que llamamos “La Clase Política”. Vemos que, entre todos, la Justicia solo aplica para aquellos que no ejercen el Poder, para los que no son influencia en el Sistema, los que no tienen los recursos para pagar la libertad.

Nuestro sistema de creencias se desmorona, nos estamos volviendo individualistas, nos encerramos en nuestro micro cosmos, a escala de nuestro verdadero control, en nuestras casas, en nuestras familias, quizás algunos solos, pero estamos dejando de creer en ese ideal llamado País, porque nos han decepcionado. Qué ocurriría después de todo, que ya nadie le interesaría más nada, todos correríamos por nuestra cuenta, como ley de la selva, sin pestañear vamos a contaminar nuestros suelos, nuestras aguas, nuestras mentes, abandonaríamos todo objetivo colectivo y solo pensaríamos en nosotros mismos, sin importar lo conectado que podamos estar.

En algún momento me sentí así tras haber visto tanta impunidad, sin embargo, algo me dice en mi interior que hay que seguir luchando, porque no quiero ver a mis hijos convertidos en esclavos corporativos de alguna empresa creada con recursos mal habidos por padres corruptos, ni qué decir de dinastías creadas a partir de la perpetuidad del apellido en cargos públicos, no quiero escuchar o leer más los apellidos de los que hoy están administrando los bienes del estado, de los que controlan los recursos y tienen el poder para hacer el bien pero son incapaces por desprolijos o por corruptos. Por eso escribo estas palabras, no para cumplir con mi cuota semanal, sino para influir en algo la extrema necesidad de volver a creer en este sistema de valores, en este sistema de creencias que se tambalea por culpa de unos pocos.

Analizo todos los días nuestra situación y cómo la economía se estanca, como muchas personas pierden preponderancia y algunos ya son irrelevantes, y no podemos hacer mucho para remediarlo; lo único que podemos hacer es reorganizarnos, plantearnos entre todos las necesidades y las soluciones, establecer un método que lleve no solo a candidatos sino a un programa, un conjunto de estrategias que destierren de una buena vez, el prebendarismo, los negocios bajo la mesa y que pueda ser una solución eficaz para la sociedad. Necesitamos dejar de creer en estos partidos políticos, y formar una coalición ciudadana, crear y llevar adelante los procesos, los temas comunes a todos para que al fin podamos utilizar adecuadamente nuestros recursos. Necesitamos reinventarnos, para planificar al menos en lo que nos permita nuestra capacidad cognitiva colectiva.

Para finalizar, quiero agradecer a los amigos lectores por los mensajes de apoyo a la columna, por los textos que publico, y quiero dejar en claro que las sugerencias sobre temas de San Lorenzo, serán tratados con suma reflexión e inextenso.
¡Nos vemos la próxima!

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